top of page

Cuando la depresión post juegos te viene a visitar

Me estoy poniendo nostálgico. No sé qué será. Igual es la hora, el tiempo, el frío (aunque no hace mucho), la humedad. Igual es que estoy solo en mi cuarto... Pero la realidad es que comienza a entrarme la depresión post juegos.


Dentro de un rato, cuando suene el despertador a las 7:30 de la mañana, no acudiré al Iglú, ni a Fuentenueva, ni al Palacio de Deportes, ni al Pabellón Mulhacén, ni a Sierra Nevada… Tampoco iré al Palacio de congresos, ni a la sala de prensa, ningún miembro de seguridad requerirá mi acreditación oficial de prensa para entrar en algún recinto, ni tampoco pegaré carreras para llegar a alguna final que esté a punto de comenzar.


La depresión post juegos ha llegado. Esa “cosa” que te entra justo al finalizar un evento tan especial, pero que en esta ocasión es distinta al haber estado presente, al haberme sentido parte de los Juegos y haber podido contar lo que pasa. Quiero dar las gracias a Granada. Nunca olvidaré esas mañanas andando por la rivera del Genil, camino al Palacio de congresos para coger el autobús de prensa. El agua y su sonido, la lluvia y la piedra mojada, la espectacular nevada de bienvenida o la tremenda vista de Sierra Nevada observada desde la ciudad.


Y es que Granada, en general, con sus ciudadanos, me ha cautivado. Todo ha girado en torno a unas circunstancias que han hecho que las últimas dos semanas hayan sido grandiosas. El encanto del lugar se ha mezclado con el disfrute de algo que me apasiona. El privilegio de seguir en directo los deportes de invierno, in situ, cubrirlos, poder escribir y contar lo que ocurría, me hace sentir muy afortunado.


Ana, Medina, Miguel, Tony, Felipe, el otro Felipe, Cesar, Nuria, Diana, Anastasia, la otra Anastasia, Dilia, Lola, Román, Ernesto, Antonio, Matt, Dani, Eduardo… Ha sido una Universiada fantástica. Lo excepcional de los momentos especiales se ha mezclado con la grandilocuencia del evento multideportivo, tan ameno, genial e indescriptible para alguien que siente algo como esto a flor de piel. Hemos cantado, hemos soñado, hemos sentido, hemos disfrutado, hemos reído y hemos llorado, pero por encima de todo, hemos vivido. Hemos vivido Granada 2015 de principio a fin y hemos tenido un motivo por el que trabajar. Nos hemos sentido elegidos, predilectos.


Para mí, con que a una sola persona le haya servido mi información publicada y mi trabajo realizado en la Universiada, me doy por satisfecho. Comprobar que ha sido útil para tanta gente, me hace sentirme privilegiado, orgulloso y feliz. Ojalá, el trabajo y el futuro, nos vuelvan a juntar y sin tener que esperar muchos años. Pero esa, será otra historia. Por si acaso, esta noche me voy a la cama imaginando que nos encontraremos alguna vez en unos Juegos Olímpicos.


Señoras, señores, vivan para soñar, sueñen para vivir. Hasta siempre.

Featured Posts
Recent Posts
Archive
Search By Tags
No hay tags aún.
Follow Us
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
bottom of page